-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------“El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor. El libro ha superado la prueba del tiempo... Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que es.”

UMBERTO ECO

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sábado, 19 de febrero de 2011

¿Tenemos lo que le interesa?

El lector disfruta, en la biblioteca, de una ventaja inapreciable: el anonimato. Pero no se trata de un anonimato solitario, triste ni perdido; es un anonimato público, podríamos decir, incluso, que es un anonimato participativo. En la biblioteca, el lector no conoce más dios ni maestro que el que él mismo elige.

Este anonimato hace que, paradójicamente, el bibliotecario conozca mal a sus usuarios. Para conocer a sus "lectores" el bibliotecario dispone de dos métodos: las estadísticas, que le indican que acuden más mujeres que hombres y más bachilleres que personas sin estudios, algo que ya sabía: el otro método es el intercambio personal que le induce a un trato particular incluso, a veces, de favor. Ni uno ni otro son plenamente satisfactorios. La biblioteca es un lugar para todos y donde cada uno debe poder desenvolverse solo. 

El bibliotecario no tiene que jugar ningún papel, ni el de padre, ni el de profesor, ni el de jefe. Para el lector debe ser, solamente, una presencia, una mirada, un oído atento. Debe ser capaz de decirle, sin dureza pero también sin compasión que él no recorrerá el camino por él. 

Al lector impaciente, el bibliotecario debe responderle: "No, no tengo respuesta para su pregunta, pero seguro que encontrará aquí varias entre las cuales puede que esté la suya". El lector es como un Sísifo al que el bibliotecario debe hacer feliz...

A decir verdad, el lector satisfecho no es el que más interesa al bibliotecario. Los que le preocupan son los ausentes o los que abandonan la biblioteca insatisfechos. El bibliotecario sólo estará satisfecho cuando toda la población a la que sirve acuda a la biblioteca.

Son muchos los que desconfían de la biblioteca, incluso entre aquellos a los que les sería más útil. Ésta les ahuyenta y, a veces, los aleja. En las bibliotecas públicas más que conocimientos es necesario demostrar hospitalidad y una abnegación que puede llegar al militantismo para ir en busca del no-lector en su propia casa...

Extraído de:
Melot, Michel. La sabiduría del bibliotecario. País Vasco. 2005.

2 comentarios:

  1. Me pareció un artículo interesante, pero al mismo tiempo complejo porque abarca varias perspectivas. Es amplio, como para extenderse en este espacio con un comentario minucioso. Sin embargo, hubo una frase que resaltó por sobre todas, cuya fuerza me movilizó a escribir:

    "El bibliotecario no tiene que jugar ningún papel..." aportando algunos perfiles que solemos adoptar los bibliotecarios... justamente opino todo lo contrario. El bibliotecario tiene un gran papel y sobre todo su rol de intermediario es preeminente. No hablo del bibliotecario que adopta aquella actitud por la cual se posesiona, de tal forma de la biblioteca y sus libros, que convierte a sus lectores en rehenes de su humor, de sus preconceptos acerca de la fatalidad del lector ladrón de libros, (Ecco, 1961; Lencinas, 2009), de su poder, parapetado tras el mostrador como la autoridad máxima del saber y la cultura.

    No, hablo de este otro bibliotecario/a/s, anónimo, que hace de su profesión un compromiso social, político y cultural. Que sí es capaz de orientar con solvencia, sobre lecturas, sobre bibliografía de corrientes de pensamiento, sobre la actualidad, sobre la historia, porque ante todo, es un Lector con mayúsculas. No estoy de acuerdo con un fantasma como bibliotecario, ese que no dignifica su presencia, aquel que funciona como un ente neutral, sin "miradas", sin interpretaciones, sin palabras que surgen del genuino valor de un trabajo comprometido.
    Para mí, sí es un profesor, es un medium, es, por sobre todo, un hombre o una mujer que tiene claros sus conceptos, sus metas en su profesión y no tiene miedo a gritarlos a los cuatro vientos. Y lo hace con pasión. Cotidianamente.

    Un cordial saludo

    Sonia Yulán
    Córdoba, Argentina

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  2. Estimada Sonia:
    estoy de acuerdo contigo en todo lo que explicas acerca del bibliotecario.
    Por mi parte,te quisiera aclarar que esta nota es un extracto de un capítulo del libro que está citado debajo de ella. Como es un extracto y falta también bastante del capítulo (el cual de a poco estoy posteando las partes que me parece interesante compartir) hay que tomarlo como que está un poco sacado de contexto, por eso hay partes no muy claras y que tienden a poner en discusión la función del bibliotecario.
    Te agradezco tu comentario, es bueno saber las opiniones de quienes leen mi blog.
    Quedo a tu disposición,

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