-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------“El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor. El libro ha superado la prueba del tiempo... Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que es.”

UMBERTO ECO

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

miércoles, 31 de julio de 2013

ODA AL BIBLIOTECARIO


Juan Carlos Rueda Santiago
jurueda@suagm.edu
Con sus larguísimos brazos de pulpo diligente
el bibliotecario riega girasoles,
enciende milenarias linternas,
reparte esperanza como pan dulce,
despierta estatuas de su sueño de oso.

Impopular, olvidado por el médico,
despreciado por el gerente,
de sus manos cultas cuelgan teoremas,
entre sus dedos hay diamantes,
esmeraldas, herramientas,
sinfonías, gritos, ideas,
fórmulas y explosiones,
temblores de tierra que hacen retractarse a los obispos,
revoluciones que siembran el temor
en las camas de los dictadores,
que hacen más anchos los caminos de la paz.

En el silencio conventual en que habita
ha probado gustosamente
las mieles tiernas de Neruda

y ha visto brillar los cabellos dorados del Pelida.
En las mañanas desayuna con Platón,
en las tardes cena con Dalí
y luego se va a su casa
enteramente complacido
de haber hecho el bien.


De tantos secretos, tornillos y poleas
que hacen girar al mundo,
de tantos cofres que guardan
el conocimiento de la vida misma,
el tímido bibliotecario es dueño de todas las llaves.


domingo, 14 de julio de 2013

BIBLIOTECA NICANOR PARRA

BALCONES: el diseño del frente rompe con la tendencia horizontal, brindando profundidad a la fachada


La Biblioteca Nicanor Parra, de Santiago de Chile, es el resultado de una serie de operaciones que el arquitecto Mathias Klotz realizó entre 2006 y 2011, en función de preveer futuras intervenciones. El edificio de la Universidad Diego Portales (UDP) está ubicado en el área central de Santiago, una zona altamente densificada. Cuando la UDP cumplió 20 años convocó a Klotz para aumentar la superficie de su infraestructura en 60 mil metros. Corría 2003 y a la universidad concurrían 12 mil alumnos. "Me contrataron como asesor, para coordinar toda la operación. Y como proyectista de tres de las nueve obras que contemplaba el plan, que corresponden al Edificio de Uso Múltiple, la Facultad de Medicina y la Facultad de Economía y Empresa", señala el proyectista.


El nuevo edificio, se complementa con el Edificio de Uso Múltiple, existente, y promueve la continuidad del transito peatonal por el interior de la manzana. Así, establece una suerte de segunda trama de circulación, paralela a la de las calles, colapsada por el movimiento de los actuales 100 mil estudiantes que se desplazan diariamente por el barrio.



Por tratarse de una zona de alta densidad, tanto este edificio como el anterior se esfuerzan en llevar luz natural y aire fresco a la totalidad de sus instalaciones habitables, por medio de sistemas pasivos y materiales claros que reflejan y conducen la luz. Las cubiertas son utilizadas como zonas habitables, instalando en ellas programas públicos, jardines y zonas de relax, con reposeras y decks de madera que facilitan la interacción con el espacio exterior.



Ambientes cálidos e iluminados para salas de lectura, equipadas con mobiliario para trabajar en equipo


El Edificio de Uso Múltiple, tiene la particularidad de haber sido construido en el patio trasero de una casa de los años '40, que fue restaurada para preservar la escala de la calle. Mientras que la nueva Biblioteca, sobre la calle Vergara, utiliza un terreno baldío, donde existió una construcción liviana sin valor patrimonial.


"La biblioteca aparece con un volumen verde, cuya vegetación sirve de filtro solar a la orientación oeste, y representa simbólicamente la actitud responsable de la institución quien destaca la complejidad de generar más de 500 estaciones de trabajo con luz natural en un edificio cuyas fachadas asoleadas se protegen con vegetación.


http://youtu.be/aOP7me_e7OE

Fuente: arq.clarin.com



UNA BIBLIOTECA QUE ES DOS ESPEJOS


Biblioteca Pública Iván de Vargas.JPG
BIBLIOTECA IVAN DE VARGAS
El guía está explicando la basílica de San Miguel, pero los turistas le dan la espalda a la barroca fachada. La foto que mola es la del reflejo de la iglesia en la Biblioteca Iván de Vargas. Un geométrico muro de piedra con un enorme hueco que da a un patio de cristal que hace las veces de espejo. "La fachada de la iglesia se convierte así en mi fachada; afronta su situación urbana con un gesto contemporáneo", explica Ramón Andrada, arquitecto de la biblioteca. En su interior, la iglesia se cuela por las ventanas animando el recorrido de la escalera a la zona de lectura. En el último piso hay una sala de cristal que flota sobre los tejados de Madrid. Desde su altura se puede mirar a los ojos a los angelotes que anidan en San Miguel. La visión de la iglesia está tan presente en el proyecto que hasta aparece en los planos.
Entrada a la biblioteca
entrada a la bibloteca
Por fuera la biblioteca tiene dos partes: la nueva y la que parece antigua pero también es nueva. La primera es una obra "atemporal" según Andrada, un cubo de piedra y cristal de trazos contemporáneos; se construyó tras derribar unas fachadas falsas de 1951. La segunda es una "reconstrucción literal" de la Casa de Iván de Vargas, un edificio del siglo XVII construido sobre la finca del XI de dicho señor, que fue el patrón del patrono de Madrid: en su casa trabajaba de criado san Isidro.
Sala juvenil
sala juvenil
Las fachadas originales estaban protegidas y el proyecto de Andrada preveía mantenerlas, pero cuando arrancó la obra en 2002 el edificio era ya "un enfermo desahuciado". "El ladrillo y el adobe se nos deshacían en las manos", dice el arquitecto. En su lugar hizo lo que le pareció más cercano a una restauración real, una conceptual: "es como si las hubiera restaurado, punto a punto, en el 100% de los puntos". Colocó los escudos y cerrajerías que retiró antes de demoler, usó teja vieja y recreó el abombamiento de los muros revocados a la madrileña. Las nuevas fachadas que parecen antiguas son también un espejo: reflejan literalmente lo que hubo, pero no son lo mismo.
Andrada ha mantenido la traza original y el patio conserva un pozo "milagroso" visitado durante siglos por san Isidro. También dos magnolios de 15 metros. "Conservarlos fue un empeño personal", dice el arquitecto que se ocupó de que se regasen y podasen durante una década de obras. Sus alargados troncos octogenarios se confunden con los pilares de madera. Unos y otros se miran en los cristales, creando un delicado y confuso bosque de reflejos entre lo viejo y lo nuevo.

Fuente: elpais.com  7 de marzo 2011